¿Te has preguntado que te produce miedo?
El miedo es un sentimiento natural, porque como seres humanos, hay situaciones que nos obligan a salir de nuestra zona de confort y en lo desconocido podemos encontrar ese sentimiento de angustia. Dependiendo de la fuerza que le demos a este sentimiento, este podría ser muy malo para nosotros o muy beneficiosos.
Generalmente, el miedo produce angustia o ansiedad y este aparece por la preocupación ante el futuro. ¿Cuáles situaciones te producen miedo a ti? existen muchos miedos: el miedo al que dirán, a la perdida, a avanzar, a la ruptura, pero en todos, sin importar que tipo de miedo sea, este se siente de la misma manera y produce los mismos efectos, estancarte.
El miedo se debe visualizar como un muro gigante que nos frena de otro lado, la oportunidad. Este sentimiento, aunque natural, pierde o incrementa su fuerza dependiendo de la manera en la que la persona lo deje influir dentro de si mismo. Cuando le proyectamos nuestra fuerza a este sentimiento, nos estancamos en una zona segura que no tiene nada que ofrecernos más allá de lo que ya conocemos.
¿Qué pasa cuando le quitamos el poder al miedo?
Quitarle el poder al miedo implica valentía para enfrentarnos a lo que hay después de una ruptura, una perdida, un nuevo comienzo o a ser sin que nos interese lo que se diga a nuestro alrededor, pero esto implica un proceso de autoconocimiento de nosotros mismos y de la situación.
Cuando identificas la situación que te produce miedo o dolor, tienes el poder de decidir frente a esta. Ejemplo: Una pareja de años siente que las cosas no funcionan por más que lo intenten, los intereses de los dos han cambiado y ya no logran conectar como pareja ¿Cómo actúa el miedo frente a esta situación?
Si el miedo adquiere poder en esta situación, va a actuar reforzando el apego y generando un conflicto entre los sentimientos de estos dos individuos y ante el desenlace inminente, la separación. Ahora bien, si identificamos que esta situación nos puede provocar dolor, lo más aconsejable es vivir el sentimiento, abrazarlo y aceptarlo al ser consciente que es una situación pasajera. Luego, cuando seamos capaces de entender esto, enfrentarnos a la ruptura va a ser un proceso de crecimiento porque entendemos que el miedo a estar solos, solo nos mantiene ligados a una relación que ya no nos hace felices.
Para robarle el poder al miedo, puedes repetir:
“Nada puede hacerme daño, nada puede hacerme, nada puede hacerme sentir mal, nada puede limitarme, porque yo soy una creación perfecta de Dios, dotada con la capacidad de ser yo mismo, de decidir libremente, y de expresar lo que soy, independientemente de la opinión de los demás. Siempre tengo lo necesario para ser feliz, porque el universo ha dispuesto la abundancia total, y ha detonado cada ser viviente con la capacidad de usar y disfrutar de todo lo que existe, en la medida de sus propias necesidades, para que todos los seres estén constantemente satisfechos”.
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