Muchas emociones logran gobernarnos debido a la fuerza que le impregnamos a estas, entre esas el miedo. Este, aunque no lo creamos, se convierte en un limitante para nuevos proyectos o experiencias.
¿Por qué sentimos miedo?
Nuestro cerebro se divide en diferentes partes, entre esas se encuentra una región denominada amígdala, ubicada en el sistema límbico, la encargada de regular las emociones. Una vez esta detecta una fuente de peligro, los sentimientos de miedo y ansiedad apareces. Existen distintos tipos de miedo, entre esos el miedo al amor, el miedo a lo desconocido o al rechazo ¿Te has preguntado a que le tienes miedo?
Uno de los miedos más frecuentes es el miedo al rechazo, este aparece en la etapa de la adolescencia y se convierte muchas veces en un filtro que ponemos hacia nuestras actitudes o la manera en la que conectamos con el exterior.
¿Eso que sientes es miedo al rechazo?
El miedo al rechazo se vuelve un filtro social que usamos para coartar nuestro ser. Es necesario aprender a identificar este para mejorar nuestra calidad de vida y relación con el entorno. De miedo no se vive, porque este nos apaga cada vez más la fuerza para empezar a disfrutar de este viaje llamado vida.
En muchas ocasiones, el miedo al rechazo aparece porque nos cuesta aceptar que no vinimos al mundo para agradarles a todos y que eso, es una cuestión absolutamente aceptable. Nos cuesta aceptar que no estamos diseñados para estar en aquel grupo o trabajo y ¿qué más da?
El rechazo es, simplemente una situación que debemos aprender a sobrellevar sin que nos limite. Sí, no estas hecho para ese trabajo ¿pero te das cuenta de todos los trabajos que puedes hacer? Si, ese grupo de personas no te acepta ¿Pero te das cuenta de todas las personas que agradecen tu presencia?
El miedo al rechazo es una condición normal, todos lo hemos vivido, la diferencia radica en como lo expresamos.
¿Cómo puedo enfrentar el miedo al rechazo?
Mediante la aceptación y el amor propio, una vez trabajamos nuestro interior desde el amor propio aprendemos a dejar ir y a quitarle poder a las situaciones, personas o cosas que nos desgastan anémicamente. Busca y realiza actividades que sumen en tu vida diaria y en tu crecimiento personal
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