Diciembre 1 del 2020
“Esta mañana salí a caminar súper temprano y tenía una pequeña herida de las que te hacen los zapatos. Busque una curita en mi casa y no encontré y con el 98% de mi cuerpo sano no iba a perderme la caminada, pero empecé a caminar y me dolía. A veces la vida nos duele aunque tu te esfuerces para que no lo haga, aunque tengas tu mejor actitud, aunque lo des todo te duele, pero el sufrimiento es innecesario para aprender. Así que, pensando en que quería seguir avanzando busqué una solución:
Lo primero que tenia a mi alcance eran hojas, así que tomé una del piso, esta resulto estar muy seca y no me sirvió, caminé otro tanto y tome otra hoja del camino, pero resulto ser muy pequeña y se me cayo a los dos pasos, pensé en devolverme… pero iba a perder todo ese camino ganado, así que seguí y ¡la encontré! era la hoja perfecta, más verde, más grande, con dos ‘roticos’ pero perfecta para mi. Me quité el zapato, me la puse lo mejor que pude y termine mi recorrido. Cuando volví a casa, me quité el zapato y la hoja seguía ahí.
Esa es la vida, aún con heridas, tenemos que seguir avanzando, intentándolo, buscando liberarnos de nuestros dolores que nos roban la belleza del paisaje y de la vida. Debemos seguir aunque las primeras veces no salga bien porque simplemente no era para ti, Hay que seguir abiertos a las posibilidades, más adelante el camino te traerá lo perfecto para tu vida, aunque tenga algunos imperfectos, pero si cedes, aceptas y pones todo tu ser, tu inteligencia y tus capacidades para encajarlo, resultará y no se irá de tu vida porque es para ti.
Así que no importa cuantas hojas, llamadas, relaciones, trabajos, proyectos, enfermedad no resultaron, ya resultara. Confía y sigue caminando.
La vida entera te sostendrá mientras sigas caminando”- Paola Carvajal
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